Este tema ha llegado
ser muy popular, especialmente en estos días en que los problemas sociales e
individuales de toda índole aumentan y muchas miradas se vuelven a la esperanza
cristiana, y la gente que se pregunta si hay algo de cierto en las promesas y
profecías de la Biblia sobre la segunda venida de Jesús y la solución
definitiva de todas las dificultades.
Es justo, pues, que se
examine el tema para averiguar si
existen bases seguras para lo que el
apóstol Pablo denomino “la esperanza
bienaventurada”. Y ese examen debe hacerse con una mente crítica y a la vez
libre de prejuicios, dispuesta a aceptar los hechos tales como aparezcan ante
un análisis sereno del tema.
La segunda venida de Cristo en
reiteradas formas, recorre toda la
extensión de la Biblia como un hilo de oro, y como una antorcha resplandeciente
ilumina el panorama de la historia desde los albores de la humanidad hasta
nuestros días. Acerca de ella “Profetizo Enoc, séptimo desde Adán, diciendo:
He aquí, el Señor es venido con sus santos millares…” Judas 14.
También el patriarca Job
dio una expresión de esperanza que ilumino su corazón con las palabras de
seguridad: “Yo sé que mi redentor vive, y al fin se levantara sobre el polvo; y
después de desecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios”. Job
19:25.
A la vez el profeta
Isaías prorrumpe en una jubilosa exclamación al ver en visión el retorno
glorioso del Señor Cristo Jesús: “He aquí Jehová el Señor vendrá con poder, y
su brazo señoreara; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante
de su trono”. Isaías 40:10.
Daniel, uno de los
mayores profetas manifestó con respecto
al tiempo de la segunda venida: “En los días de estos reyes el Dios del
cielo levantara un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a
otro pueblo;… pero el permanecerá para siempre”. Daniel 2:44.
La misma esperanza
radiante alumbro a los autores del nuevo testamento, pues ella movía el corazón
de los evangelistas y apóstoles. Con respecto a nuestra preparación para el
advenimiento de Cristo, pablo nos insta que, “renunciando a la impiedad y a
los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,
aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro
gran Dios y Salvador Jesucristo”. Tito 2:12,13.
No podemos de dejar de
mencionar al apóstol Pedro que la venida de Cristo era una consoladora
realidad, pues él expresa: “El Señor no retarda su promesa, según
algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero
el día del Señor vendrá como ladrón en la noche”. 2 Pedro 2:9.
Y el escritor del
apocalipsis, da este testimonio del mismo suceso grandioso: “He
aquí que viene con las nubes, y todo ojo lo verá”. Apocalipsis 1:7.Pero el cierre es con
broche de oro y el mismo Señor arguye sobre lo que es este tema y él nos dice
que: “Vendré
otra vez”. Aunque la sociedad actual esta entretenida con todas sus
actividades seculares, pero hay que pensar
que el retorno de Jesús es inminente y debemos hacer preparativos por él
vendrá otras por sus hijos y tu eres hijo de Dios.
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